Nuestra Iglesia cuenta su propia y particular historia, con sus altas y sus bajas, pero en profundo amor hacia el Señor. Dios ha ido imprimiendo sabiduría, camino y bendición hasta llegar a esta hermosa celebración de hoy.
La primera Iglesia Dios es Amor fue construida en un terreno que donó la Hna. Juana Carrasquillo en Barrazas. Ese primer lugar de oración se fundó con la guía del Rev. Reyes Pérez. La Iglesia vivía en entusiasmo gozoso en el Señor, pero su templo fue quemado por personas que no deseaban tener a Cristo en su corazón. En ese momento, los hermanos quedaron sin lugar donde congregarse. Fue entonces cuando el Sr. Confesor de Jesús tiene la idea de construir un segundo templo en el Barrio Cacao, en un terreno que donó la Hna. Juana Pizarro, su mamá.
Como todos sabemos, Dios ha depositado muchos talentos entre sus hijos amados: dones para la cocina, las ventas, la agricultura y la construcción. Así fue que un grupo de hermanos y hermanas comenzaron a vender pasteles, bizcochos, donas y a hacer otras actividades para lograr un templo nuevo para congregarse. En su mayoría eran personas humildes dedicados a la agricultura, construcción, albañiles y amas de casas. Esta segunda iglesia, en el Bo. Cacao fue pastoreada por el Rev. Santiago Betancourt (Pepín), el Hno. Confesor de Jesús y el Rev. Julio E. Díaz (Hno. Yuyo).
La palabra de Dios siguió tocando almas, la congregación fue creciendo y la iglesia se hizo pequeña. El pastor Yuyo comenzó a orar para que Dios proveyera un templo. El pastor y la congregación oraron durante todo un año. Entonces, el Hno. Millo Ortiz y el Hno. Yuyo llegaron a un acuerdo para comprar la Iglesia del Llano. En esos años, las visitas del Hno. Reyes Pérez, los viernes de vigilia con la Iglesia de Falero y la campaña evangelística del Hno. Luis M. Ortiz para el año 1962 son recuerdos de bendición para nuestra Iglesia.
En el 1962 se levanta con más fuerza en el Barrio Cacao de Carolina un grupo de hombres y mujeres que se mantuvieron en adoración a Dios, dirigidos por el pastor Millo Ortiz. Allí vieron la mano de Dios obrar en medio de ellos para superar pruebas y luchas. Del lugar donde estaban ubicados, pasaron a un pequeño templo en el sector el Llano del Barrio Cacao; en ese lugar, Dios hizo grandes prodigios y milagros, muchas almas fueron alcanzadas por el mensaje poderoso de la Palabra de Dios.
En esta nueva etapa fueron dirigidos por el Reverendo Julio E. Díaz, pastor que se ganó el respeto y respaldo de la comunidad. El compromiso que el Reverendo Julio Díaz tenía hacia los hermanos, su cariño por todo el mundo y sus visitas para saber cómo iban las cosas, le han merecido por siempre la admiración de esta Iglesia. Al principio de los años 80’ llega a nuestra Iglesia el Reverendo Efraín Márquez junto a su familia, se identificó la necesidad de expandirnos y se logró la compra del terreno donde estamos ubicados ahora.
En el año 1990, luego de un difícil proceso de transición, llegó a nuestra Iglesia el Reverendo Sarito López García, quien se dio a la tarea, junto a la congregación, a trabajar para construir la casa a Jehová. Muchos creían que esto no sería posible, pero para Dios, mis hermanos, nada es imposible. Con mucho esfuerzo y perseverancia, se inauguró el nuevo templo e inició la construcción de salones de Escuela Bíblica y del Centro de Actividades. Esta nueva tarea requirió más esfuerzos, recursos y oración. El trabajo no ha terminado, en este año 2012 la Iglesia sigue en pie, con la mirada puesta en el Señor, pendiente al servicio a los hermanos y al trabajo de pequeños arreglos al templo de Dios.
Hoy nuestra iglesia celebra con orgullo su cincuenta aniversario, con dieciocho años en este hermoso templo, desde el cual, sin cansancio, proclamamos el evangelio del reino de Dios. Somos una Iglesia que se mantiene viva a través del tiempo.
Hoy, mis hermanos, es también un buen momento para que como una familia de fe agradecida, pensemos en toda la gente que ha pasado por esta iglesia y por aquellas que aún permanecen en alegría y alabanza junto a nosotros. Recordemos nuestros primeros grupos: la aagrupación El Impacto Celestial Instrumentos y Voces, al Co-pastor Confesor de Jesús y la Sociedad de Caballeros, y a la Hna. Ángeles Benítez y la Sociedad de Jóvenes. Pensemos en la Co-pastora Hna. Epifanía, la Hna. Elsa González, la Hna. Dolores Matos, el Hno. Junior Benítez, la Hna. Carmen Delia Pizarro y la Hna. Anabel Pizarro.
Asimismo, pensemos con gratitud en aquellos hermanos que con dedicación trabajaron en pintar, sembrar plantas, barrer o limpiar la iglesia y otras tareas que para ojos del mundo pueden ser sencillas, pero ante Dios son entregas grandes y maravillosas. Pensemos con gratitud en el Hno. José (Cheo), Hno. Artemio Sánchez, Hna. Natividad Falero, Hno. Pedro Quiñones, Hna. Flora y la Hna. María de Jesús, entre muchos otros de ayer y de hoy. Recordemos el momento de bendición para la Iglesia cuando la Hna. Cuta, una de nuestras jóvenes, oró y Dios sanó a uno de los hermanos de la vista.
También recordemos siempre a los hermanos y las hermanas de gran valía para nuestra congregación, que se encuentran morando con el Señor: la Hna. Veneda de Jesús, la Hna. Rosa de Jesús, la Hna. Daniela de Jesús, el Hno. José Garay (Carmelo), la Hna. Natividad Falero, el Hno. Altermio Sánchez, el Hno. Justino Robles, la Hna. Flora Fuentes de Quiñones, la Hna. Irma Falero, la Hna. Juana Pizarro y tantos otros.
¡Qué hermoso es poder recordar todo lo que Dios ha hecho en esta amada iglesia! ¡Cuán bueno ha sido Dios, que nos ha transformado, renovado y sostenido! ¡Él, Dios Todopoderoso ha sido guía en todo momento, muralla protectora y fortaleza para continuar sembrando y cosechando en su Viña! Sigamos valientes, hermanos y hermanas. AMÉN.
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